La humanidad siempre ha querido conocer el futuro, utilizando los movimientos y comportamientos de las estrellas como guía. Antiguas civilizaciones apuntaron hacia el año 2012 como el día final, pero los investigadores contemporáneos no han conseguido descifrar sus profecías. Una remota isla del pacífico envuelta de brumas, puede contener una clave que dejaron los mayas, y que estuvo perdida durante más de 1000 años, aunque estuviera oculta a primera vista.

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